La seguridad es un asunto capital. Se trata de una afirmación que no requiere de ningún tipo de contrastación estadística y/o empírica. Y si hay un espacio en el que necesitamos sentirnos a salvo, ese es nuestro hogar. No en vano, hablamos del núcleo en torno al cual se estructura toda nuestra experiencia vital. Algo que ha hecho que durante los últimos años la instalación de alarmas y sistemas de seguridad se dispare exponencialmente. No obstante, y más allá de los ya manidos consejos habituales, ¿qué os parece si nos paramos a analizar, como si de una radiografía se tratase, las principales causas de dicho auge para poder entender así su importancia?
Incertidumbre social y económica
Cuestión de cifras
Un contexto de violencia
Tecnología al servicio de la ciudadanía
Las «cámaras de seguridad» tradicionales han dado paso a completos sistemas de videovigilancia capaces de grabar, monitorizar, detectar movimientos, sonidos, apertura de puertas o ventanas e incluso alertar. Y todo ello no habría sido posible sin los continuos avances tecnológicos. Gracias a dichos avances ahora es factible contar con un sistema de seguridad conectado, como si de un ente vivo se tratase, a nuestra casa o negocio.